sábado, 13 de febrero de 2021

 ¿Es igual una clase presencial que una online? ¿Se aprende lo mismo? ¿Cuál es mejor y por qué?

Debido a esta situación causada por la pandemia, nos hemos visto obligados a dar parte del horario on-line, lo cual afecta nuestro rendimiento y concentración. A finales del curso del año pasado, cuando nos confinaron, empezaron a impartir clases on-line, pero eran un desastre, sin horario estructurado. Todo esto es entendible, ya que la situación obligó a improvisar. Pero ahora, habiendo tenido desde marzo hasta septiembre, es un poco triste la manera en la que se imparten estas clases on-line. Son monótonas y dan una sensación de desatención y dejadez por parte de los docentes hacia los que están en casa, parece que sólo se explica para los que están atendiendo a la clase de manera presencial. Con esto no estoy culpando sólamente a los profesores, ya que entiendo que es algo que muchos no habían hecho antes y la experiencia juega un gran papel. También he de decir que afortunadamente hay algunos profesores que sí son capaces de mantener la atención de los que están atendiendo desde casa. La cosa es que, en las asignaturas en las que el profesor no presta atención a los que están viendo la clase on-line, se crea un efecto bola de nieve y cada vez a los alumnos les da más pereza meterse a esas clases, y en vez de atender, utilizan ese tiempo para hacer deberes de otra asignatura o para estudiar. 

En definitiva, son mejores las clases presenciales, y esto se refleja en los resultados. En la primera evaluación, dimos mucho temario de una asignatura una semana antes de exámenes cuando esa semana nuestro grupo estaba on-line en esa franja horaria, por lo que no entendimos muchas cosas y los resultados fueron peores respecto a los del otro grupo.


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